martes, 30 de diciembre de 2008

Cuento !00 palabras. CONCURSO

Al menos para las mujeres tiene mejor gusto…pensó y lo contempló con fruición ¿Qué tenía aquel hombre? Mimetismo verbal hecho realidad. Su nombre: CRISPÍN LÍPIDO Y SULFUROSO. La “y” la añadió, él mismo, cuando hizo las tarjetas de invitación. Los horribles cuadros colgaban de las paredes y un ramillete de jóvenes los contemplaba con cara de entender algo: o ¿Sólo se preguntaban si estaban colgados del revés?
Lo vio ir al salón con la más esplendorosa. Pensó: “van al sofá de cabeza”, no se inmutó. Ella: DULCE PLÁCIDA BENIGNA, era la elegida. Juntos eran pasión enloquecida, puro fuego…éxtasis.
ÁNGELA MAGAÑA.

viernes, 26 de diciembre de 2008

TIEMPO DE PAZ

El año pasado la Navidad nos dejó agotados y tristes. Nos dimos cuenta de que la mentalidad que nos llevaba a reunirnos por narices, aunque fuera forzando las cosas, era errónea. Yendo mentalmente más lejos, a años atrás, observé que el mero hecho de : “Volver a casa por Navidad” impuesto, servía para que los nerviecillos estuvieran a flor de piel y a que nadie estuviera verdaderamente cómodo.
Este año tomamos una decisión heróica y sin enfadarnos dijimos que nos quedábamos en Motril y en casa y que él que quisiese y pudiese acudir sería bien recibido. Mi hermana por ejemplo confesó que estaba cansada y quería estar sola. Yo me recriminé la tontería de no haberlo notado y me dije: “Soy tonta, por ahí debíamos haber empezado”
Analizando, atando cabos y repasando comentarios de unos y otros llego a la conclusión de que no sólo mi hermana sino más gente desea eso: Estar solos y que no sean días de felicidad compulsiva y forzosa: Hágase la Paz: Eso es lo que prima. Más de una horrorizada ama de casa, ve impotente lo que se le viene encima. Los demás también: Se ven obligados a hacer viajes largos y costosos que en el fondo son eso: UNA PENOSA OBLIGACIÓN.
Yo tuve un padre que siempre insistía en que no nos dejásemos llevar y en que decidiésemos por nosotros mismos, en cada ocasión. He tenido que llegar a los 65 diciembres para constatar que no es obligatorio armar la marimorena. Este año me he sentido mucho más en amor y concordia con los demás, estando lejos pero muy en contacto por teléfono o Internet (con esas hermosas cámaras que permiten que nos veamos los unos a los otros) que otros años juntos y revueltos. Creo que cuando las reuniones podamos hacerlas en MI casa y con los que, de verdad, deseen venir todo irá mejor. Eso de ser la madre conlleva algo más de paciencia y desde luego buena voluntad. Así es que él que QUIERA DE VERDAD venir el año que viene será bienvenido, siempre SIN FORZAR LAS COSAS.
Este año hubiese sido literalmente imposible, por la distribución geográfica de unos y otros. Hemos estado solos y ante el comentario un par de cansadas amigas me han dicho: “¡Qué envidia!”
Cada año viene distinto y punto y éste ha tocado solos mi marido y yo en un “tête à tête” muy cordial, hasta ahora desconocido en estas fechas. Hemos estado tranquilitos… un poco demasiado pero: ¿Qué se le va a hacer? El balance final ha sido bueno.
Con los amigos también hemos pasado buenos momentos. Hemos descubierto nuevos valores y nos ha gustado.
¡QUE SEAN VDS. FELICES SIEMPRE: NAVIDAD Y CADA DÍA DEL AÑO!

sábado, 6 de diciembre de 2008

TAREA 10: ESPACIOS

MORADA DE MIS INQUIETUDES
En un sueño de mi infancia, que se repetía con frecuencia, me veía a mí misma cruzando espacios de la casa de mis padres (la mía en aquel tiempo).
Tendría yo: diez o doce años y supongo que estaría aprendiendo a nadar. Avanzaba dando brazadas por el aire, flotando con lentitud.
A la vez que se iniciaba mi pubertad, mi diabetes acababa de hacer su aparición, con los trastornos y preocupaciones que eso conllevaba. Mis padres debían estar, aunque no lo decían, muy asustados y yo empecé a dormir mal y a tener sueños que me alteraban.
Mi existencia onírica se sumía en una especie de morada extraña. Las paredes no eran lisas, grandes picos surgían en el lugar más inesperado y yo para no trastabillar de un sitio a otro nadaba, en lugar de andar. Así sorteaba mejor los obstáculos de mi vivir de aquel entonces, pleno de inquietudes, cambios e inseguridades.

viernes, 5 de diciembre de 2008

INMORTALIDAD

INMORTALIDAD

La gente buena se muere, todos lo hemos podido observar en nuestra vida cotidiana.
Siempre el más querido es el primero en caer. En mi familia, el adorado por todos, mi padre, murió el primero.
Siempre pasa. Son los buenos los que se van. Por el contrario, todos también, conocemos gentes solitarias que no gozan de afecto ninguno y gozan del codiciado don de la inmortalidad… o lo parece.
Esos seres que son tan desgraciados que uno piensa: ¿los echará alguien de menos el día de mañana?
No sabemos de amores y desamores, ni de valores tampoco. Quizás sea, simplemente, que nuestro Dios, destino, sino…o cómo se llame, vaya mucho más lejos que nuestros miserables pensamientos.

sábado, 29 de noviembre de 2008

Tarea 8: REPROCHE AMOROSO

Que es soledad, pienso mientras clavas en la pantalla
tu mirada azul. Nadie escucha mi voz
Mutismo...del deporte enamorado.
¡Asiduidad, fijación! Eso es fidelidad, admiración, amor
Ociosa la pregunta. Soledad...soy yo

jueves, 24 de julio de 2008

EL ZOO DE ALEJANDRO

Otro cuento para Alejandro
Once upon a time, there was a wonderful zoo. Somewhere in England

Había una vez un zoo enorme, lleno de árboles, flores y riachuelos. Los animales eran felices allí, porque era tan enorme que creían que estaban en libertad.
Había muchos cachorros de todas las especies. A los niños, que como sabéis son cachorros humanos, los llevaban allí de visita, desde los campamentos donde pasaban el verano y ellos también estaban felices, viéndolo todo.
Había dos elefantitos amigos, jovencitos y muy graciosos. Se fijaban en lo que disfrutaban tantos niños juntos y se les ocurrió la idea de que ellos también querían ir a un campamento para jugar mejor. Empezaron a dar la lata a los papás elefantes, igualito que hacéis los niños con vuestros padres:”¡Queremos ir a un campamento! ¡Queremos ir a un campamento!...y se ponían pesadísimos. ¡Pobres padres! No podían más.
En lugar de jugar y retozar los cachorros empezaron a ponerse tristones. Un día llegó un grupo con un monitor que, a fuerza de tratar con niños, sólo con mirarles a los ojitos, adivinaba lo que necesitaban. Se fijó en los pobres elefantitos y se fue a hablar con el vigilante del zoo. Hablaron, pensaron…y de repente el monitor dijo: “Ya lo tengo” y probaron a dejarles salir a jugar con los niños a ver que pasaba.
¡QUÉ CAMBIAZO! Contentísimos jugaron todos juntos: al escondite, a pilla pilla, A buenos y malos y sobre todo a ser cow boys, montados sobre los lomos de sus nuevos amiguitos.
Los niños se tuvieron que volver al campamento, pero ya no hubo en el zoo más penas. Al día siguiente organizaron, allí mismo otro camping site. En él se reunían los dos elefantitos, tres hipopótamos que siempre tenían la boca abierta y servían para jugar a dentistas, un rinoceronte tan recién nacido que el cuerno parecía un cacahuete, siete bebés ciervos, once jirafas que ganaban siempre cuando había que correr, un tigre, un león y un oso suavecitos que parecían peluches y avestruces tan jóvenes que eran casi huevos todavía y ¡UNA MOSCA! que de apellido se llamaba GAO y cuando se acercaba decían todos:
“LA MOSCA GAO” y se morían de risa. Lo mejor era que los niños iban todos los días a jugar con todos ellos y se lo pasaba “pipa”…Y COLORÍN COLORADO….

THIS ZOO BECAME THE BEST ONE IN THE WORLD AND EVERYBODY WANTED TO GO AND VISIT IT.

miércoles, 23 de julio de 2008

RATÓN PEREZ

Mi nieto de seis años está en un campamento. Es el más pequeño. Le dijo a su madre el otro dia que llevaba tres noches poniendo un diente que se le ha caido, debajo de la almohada y...nada. Me conmueve todo lo que sea inocencia en este mundo de Radovanes Karachi.
Mi respuesta en dos cartas, va con un poco de inglés, porque en el campamento lo usan y nos han pedido, que si podemos, escribamos algo en ese idioma. Vds. perdonen.
Os lo pongo en el blog, por si quereis leerlo.
Lo único bueno de estar "rota" es que me paso el día leyendo y escribiendo. He leído cuatro libros a cual mejor. Uno "El guardian de la flor de loto". Leedlo si podeis. Un abrazo
ANGELA

Hola Alejandro. Somos los abuelos.
ME PARECE QUE EL POBRE RATÓN PÉREZ, LLEVA BUSCÁNDOTE: 2 , o, 3 días
Hoy por la mañana estaba preparando tu camita, en esta casa, para cuando vuelvas y al levantar la almohada, para poner sábanas limpias: ¡ME HE ENCONTRADO UN BILLETE DE 5 EUROS!
¿NO SE TE HABRÁ CAÍDO ALGÚN DIENTE MÁS?. Supongo que el RATÓN PÉREZ debe estar despistadísimo buscándote por todas partes.
Se que lo estás pasando muy bien y yo estoy contentísima por ti.
WHEN YOU ARE BACK. YOU ´ll tell ME EVERYTHING about your holliday. I HOPE SO.
Enjoy your self. I kiss you good by. We love you
ABUELOS ÁNGELA Y ÁNGEL. Besos, besos, 10000000 de besos.
En la playa lo vamos a pasar muy bien. Vamos a ir TODOS juntos

Miércoles, 23 de julio de 2008
Once upon a time there was a little Mouse, called PÉREZ, he was very concern about children, because they, all, had disappeared.


Érase una vez un Ratón Pérez, completamente desesperado. Era verano y todos los niños ¡Habían desaparecido!
Los buscaba por todas partes y nada. Al lado suyo el saco de regalos para los niños, estaba tan lleno que iba a reventar. Se puso a dar paseítos, con las manos detrás de la espalda preocupadísimo y pensaba ¿Qué puedo hacer?
Andando, andando oyó una música que salía de una casita pequeña y bonita. Entró y allí encontró una ratita chulísima. Llevaba unos vaqueros con un agujero para sacar el rabito y la verdad es que ¡ESTABA GUAPÍSIMA! Empezaron a bailar, cheeck to cheeck y le contó lo asustado que estaba de ver que no había niños.
Ella era más pillina y le dijo: Hombre!! Es verano, están en los campamentos. Los dos mano a mano, se pusieron manos a la obra y en una noche pusieron los regalos, a todos los niños que habían perdido un diente. A veces más de un regalo. Iban primero a la casa del niño, dejaban uno, lo buscaban en casa de la abuela… dejaban otro. Cuando podían iban incluso a las tiendas de campaña, donde dormían. En fin todo se arreglo.
Se me olvidaba. La ratita era nada menos que ¡LA RATITA PRESUMIDA. Además de ser guapa, estaba cómo un queso!! Así es que ¡claro! tenía a todos los ratones loquitos. Ya sabeis que se pirran por el queso y el Ratón Pérez no iba a ser menos. ¡CLARO!
Adiós Ratón Besos de los abuelos. Te queremos una hartá. ANGELA

jueves, 10 de julio de 2008

ELPAPA/MOVIL Y YO

Me pasean por la calle, en mi silla de ruedas. Sospecho que pretenden acabar conmigo (Mi marido y mi hija). No hay bache que eludan. Me llevan “acongojada/acojonada”¡Unas risas!
Procuro recordar que mi padre, me educó en el:” no te fíes ni de tu padre”. No hay que pasarse, o eso espero.
En Jerez, donde estoy, después de mi caída y rotura de pelvis y alma, hay una sabia y civilizada costumbre. ¡Respetan los pasos de cebra! Se quedan parados, clavados. No vengo de Motril, acostumbrada a semejante delicadeza. El agradecimiento inunda mi espíritu, cada vez. Me sorprendo a mí misma en plan Papa. Saludo con la mano extendida a derecha e izquierda, derretida por la emoción ¡Me dejan pasar. No me arrollan!
Ridículo absoluto, total. Pero sobrevivo. Veo la luz. Me pondré bien en breve. ¡¡ESPERO!!
P.D. Me lo perdono, estoy acostumbrada a la salud y estoy blandita. Lo reconozco.
ANGELA MAGAÑA

viernes, 27 de junio de 2008

LA FLOR DE LA CANELA

Por la calle caminaba yo: airosa, salerosa. Igualito que la flor aludida. La calle era la de Jerez e iba con mi marido. Tropecé y me la pegué. Rompime la pelvis y hasta el alma. Y mi sonrosada piel pasó a ser de los más variados colores. Tengo cardenales hasta en el velo del paladar. La carita se ha salvado y tal como estaba se ha quedado. Refleja un poco la mala uva, porque a parte de que duele, tengo que hacer reposo un montón de días y eso me duele más todavía.
Todo transcurrió en un segundo, durante el cual y mientras llegaba al suelo, me dio tiempo de pensar que me mataba. A mi lado, mi marido lo pensó igualmente y se asustó de muerte, a su vez. A lo mejor, hasta he tenido suerte. ¡Qué potra! (dirían en los madriles). Hecho de menos nuestro taller. Un abrazo a todos. A vosotros también os echo de menos.
A VER SI A ESTA, TÚ LE DAS CONTESTACIÓN ¡EUFEMIA!

P.D. Maruja al leerlo ha pensado que es broma. ¡No! Es auténtico. Me he caido. Patosa soy, lo siento y el Ayuntamiento de Jerez, un desastre en el mantenimiento de sus aceras.

martes, 10 de junio de 2008

"PURIBELLOS"

En cierta ocasión escribí una cosita sobre los diferentes tipos de gentes, que somos o estamos, en este mundo traidor. Se llamaba LOS ACONSEJADORES y como está en este Blog, si quieren Vds. mirarlo, pues, nada más fácil.
Hoy me refiero a lo que podríamos llamar: "PURIBELLOS".
Correctos hasta la médula, no suelen decir una palabra más alta que otra y escribir, no se si escriben, pero, se comportan y hablan sin faltas de ortografía. Muy correctitos y legales, sin sacar nunca los pies del plato.
Conocía, yo, a una señora de este tipo que quería conseguir que alguien le grabase una determinada música. Se dirigió a un subordinado de su marido y de sopetón le dijo: "Oye. ¿Te funciona el aparato reproductor?"
Otro día, alguien le pidió la llave del cuarto de ascensores. Cuando subió a devolvérsela y dándole el llavero le preguntó. "¿Me la metes, aquí mismo?"

"NOPAZANÁ" No tiene la menor importancia, pero al ponerse , roja como el trigo verde, ya el lío estaba armado.

lunes, 2 de junio de 2008

PRUEBAS DE AMOR

02/06/2008
Andaba yo enfadadilla, por eso de lo puñetera que es la convivencia.
Tengo que reconocer, que ante las numerosas pruebas de amor que estoy recibiendo, estoy volviendo a mi natural estado de bonanza sentimental.
Se preguntarán Vds. cuales son esas pruebas. Pueden pensar: ¿Un ramo de flores? Sepan que no, no han sido flores. ¿Una joyita? Pues tampoco y casi me alegro, porque una joya, a lo tonto (a parte de que mis gustos, no van por ahí), pueden producir un cierto mosqueo. En novelas y cine las joyas suelen ir asociadas a una puesta de cuernos, que a no ser que la que recibe la joya en cuestión, ande mal de calcio, brotan en su frente inexorablemente. Podría ser una caja de bombones, pero en mi caso (diabética perdida que soy) podría ir asociada a un deseo irrefrenable de acabar con mi vida. No se asusten, tampoco ha sido, una caja de bombones.
El maravilloso regalo consiste en que mi hombre, que por la edad que tiene no ha sido criado en las lides del ama de casa, últimamente me sorprende. Cuando llego a casa, de vuelta de mi deporte mañanero, que para mí es prioritario, me pregunto qué ha pasado. Me encuentro cocina recogida, cama hecha y tras confirmar que no ha venido ningún hada con su varita mágica, deduzco que: ¡HA SIDO ÉL!
Olvido pues mi mal humor y me prometo a mí misma: no volver a ser gruñona. Que ¡viva la paz! ÁNGELA MAGAÑA

sábado, 31 de mayo de 2008

PRIMERA NOCHE DE FARRA

Las tres de la madrugada. Volvíamos a casa excitadas y muertas de miedo. El baile había sido, divertidísimo y el primero para nosotras. Ahora, teníamos que pasar desapercibidas. No teníamos permiso para llegar tan tarde. Ahora pienso, que tampoco se hubiesen enfadado mucho, pero en aquel momento la trasgresión, nos parecía tremenda.
A oscuras, con los zapatos en la mano, subíamos nerviosas y aguantándonos las risitas que la situación nos provocaba. Ya habíamos llegado al primer piso. Faltaban dos más. La casa era grande y tanto mis abuelos, como mis tíos podían despertarse en cualquier momento.
Caserón de pueblo con gallinas abajo, en el corral. La limpieza no era extremada. Noté que algo raro iniciaba, por mi pierna, el camino hacia arriba. Bajé la mirada y allí, al borde de mi calcetín, ya sobre mi piel, la vi. Negra y repugnante: ¡UNA CUCARACHA! Perdí los nervios y mi silencio dio paso a risas mezcladas con lágrimas histéricas. Algo húmedo, se me escapó y a la vez perdí la sensación de ser “mayor”. Volví a ser la niña asustada que se había hecho pis, del susto tremendo

VISTAS A LA MONTAÑA

Jueves, 29 de mayo de 2008
VISTAS A LA MONTAÑA
Agitada era mi vida en aquel tiempo. Tres niños muy pequeños: ocho, siete y tres años y ninguna ayuda de ningún color. Mi casa en el centro de Motril, tenía a pesar de todo, una vista muy bonita a la montaña.
Yo estaba “sentada en el trono”, Con la puerta entornada para no perder a los niños de vista, contemplaba el panorama muy relajadita y además andaba en una tarea ciertamente escatológica aunque no menos importante, por eso.
Llamaron a la puerta y el pequeño de los tres acudió solícito a abrir.
Como una exhalación entró después en el cuarto de baño, dejándolo abierto de par en par y me dijo: “Mamá, el de las cortinas”.
Me encontré con que desde el pasillo, el buen señor, me miraba atónito
Muchos años han pasado, pero supongo que me diría: “Señora, no se levante” o algo parecido.
Dos cosas tengo claras:
Primera: No maté a mí niño (soy una santa)
Segunda. Aquel hombre, desde entonces cada vez que me veía me obsequiaba con la mejor de sus sonrisas.
Cualquier forma de hacer amigos es buena. ¿No les parece? ANGELA MAGAÑA

jueves, 29 de mayo de 2008

PAREJA IDEAL

Difícil es encontrar a nadie que te confiese lo difícil que le resulta la convivencia con su pareja cuando esta es, digamos: “buena gente”. Cuando el partenaire en cuestión es malo, violento, bebedor, jugador, mujeriego o similares no hay problema. El interfecto es mandado a freír espárragos y punto. Si es encantador, en cambio ¡Qué Dios nos coja confesados!
Los viudos, viudas lloran amargamente sus soledades. Sin embargo, se puede observar, en algunos, un halo inconsciente de relajación, como de aquel que, tras muchos años de adaptación sumisa, se encuentra de repente LIBRE, con capacidad de elegir y decidir, aunque se trate simplemente de cosas fútiles.
Se agrava el problema en el momento crucial de la jubilación. La convivencia deja de ser a tiempo parcial y pasa a ser como se dice en los trabajos: “full time”. El carácter con la edad, tampoco mejora. Las manías se agudizan, el mal carácter se hace patente y puede aparecer una falta de aceptación de la edad y de los muchos achaques que traen consigo un deterioro de la situación. La vida en pareja puede entonces hacerse insufrible.
Son momentos… luego viene la pregunta ¿De qué me quejo? Y la constatación de que es bueno envejecer juntos, compartir tantas cosas, tener con quien hablar… ¿tengo con quien hablar?
Otra pregunta es ¿Soy yo o los demás también tienen momentos negros? La sinceridad, me temo, brilla por su ausencia.
Importante dejar de lado la cuestión del control. De jóvenes se acepta bien. Con los años otra de mis preguntas es ¿Tengo yo edad de que me sigan controlando? En cualquier caso este control es hecho de forma inconsciente y es producto de la costumbre después de miles de años. Así es que no merece la pena ser cuestionada. CONTROLAR ¿yo? Será la respuesta.
No olvidemos tampoco nuestra moral judeo/ cristiana que está ahí y todo lo domina.
¿Como vas a dejar sólo a ese ser encantador que te ha dedicado su vida y que tiene (¡HORROR!) todos los derechos sobre ti y encima tiene ya, un cierto grado de indefensión.
Situaciones de este tipo, irreversibles las hay a montones y no mejoran, creo yo, con el paso del tiempo.
De jovencita leí yo en el reverso de una hoja de calendario:
Sueñas con la evasión pero ¡CUIDADO! En este mundo no hay más evasión que la que viene de arriba.
Yo lo interpreté como un escape hacia la espiritualidad (cultura, lectura arte. Mil cosas bonitas) ¡Y perdonen Vds. que mi reflexión de hoy, sea tan gafe! Luego se me pasa. ÁNGELA

viernes, 23 de mayo de 2008

IN ILLO TEMPORE

Era mi colegio, atípico para los años que corrían y para ser monjas, como eran, las que lo dirigían y muchas de las profesoras. Para empezar, insistían hasta la saciedad en que lo verdaderamente importante era que que aprendiésemos. Lo relativo a modales y similares, me atrevería yo a decir que les importaba más bien poco. Incluso me parecía observar que la excusa de haber ido a misa o similares, las irritaba soberanamente. Lo único que allí contaba era que estudiásemos como estaba mandado. Era un colegio francés, las enseñanzas se impartían en ese idioma y se suponía que todo el mundo tenía que hablar, siempre, en francés. Recuerdo un día en que una monja irrumpió súbitamente en una de las aulas y pilló a una de mis compañeras saltando a pata coja, de mesa e mesa, cantando a la vez. "Yo soy el pirata de pata de palo, de ojo de vidrio y de cara de malo" Al ver a la profesora en cuestión, la niña no dejó ni de saltar, ni de cantar; siguió igual pero cantando en francés. Como reacción, creo que es indicativa.
Otra de las profes (no era monja) estaba absolutamente enamorada del Fénix de los Ingenios "Lope de Vega" y nos hablaba de él con entusiasmo, como si de alguien suyo se tratara. Dada mi particular y extremista forma de ser, una de la cosas que me llegaba era cuando decía (Lope) en boca de un D. Juan, suyo: "Yo he nacido en dos extremos, que son amar y aborrecer; no he tenido medio jamás". Sabido es que andaba en liza contra Góngora y siempre del lado de su buen amigo Quevedo. Pienso yo, sin embargo, que más debió amar que aborrecer, ya que tuvo varias mujeres, (la última ya, tarde en su vida, después incluso de haberse hecho sacerdote) y algo así como cincuenta y tantos hijos. Deduzco, de este pequeño detalle, que debió pasar más tiempo amando que aborreciendo. En fin...
P.D. Digna de admiración la forma de trabajar de ese monstruo, que era Lope. Tan prolijo en la escritura, como lo fue Mozart en sus composiciones musicales. En nuestro taller de escritura tanto el profesor, como nuestra ganadora Maite nos aconsejan escribir así, cada día y sin pereza. No estaría de más, pues, que lo tomasemos como ejemplo. ANGELA MAGAÑA

jueves, 22 de mayo de 2008

DE ALGO QUE LEÍ

GRECIA. Una aldea diminuta.

Había una vez en pleno monte, en una aldea griega, una vieja mujeruca que nunca había salido de allí. Cuatro gallinas, un par de cabras, mucho sol y unas cuantas casuchas situadas en lo más alto.La pobre mujer, tuvo en tiempos un marido que murió joven y también un hijo, que un buen día, siendo aún un muchacho, se fue de allí. El hijo, como a veces ocurre con la gente de montaña y clima duro, tenía una habilidad especial para medrar en la vida. Aprendió, progresó y se arrimó como se suele decir a árboles que calentaban bien, de tal forma que, aunque parezca imposible, llegó a ser un gran armador, de los dos o tres más potentes de Grecia. Por supuesto que olvidó a su madre de la que se avergonzaba; claro está. Pero la PRENSA, con mayúsculas, es poderosa y busca noticias despampanantes y cuando nuestro armador estaba en la cumbre de la fama, se descubrió su humilde procedencia. Hurgaron un poco más en su vida y descubrieron a la madre (que no quería vivir de otra manera), compartiendo su existencia con las gallinas y las cabras. Obligado el potentado a "portarse bien", cara al público. Obligó a la mujer a ir a vivir con él y la instaló en la habitación de un hotel de Nueva York, vigilada, por supuesto. Él estaba en aquella ciudad por el momento, así es que le pareció que era la mejor solución. Desesperada, un día consiguió escapar y andando, andando, llegó a las puertas del zoo, cuando ya la tarde comenzaba a caer. Cayó, pues la noche y ella acurrucada en un rincón se dispuso a quedarse allí, ya que nadie se había fijado en ella. Anduvo un poco tanteando las paredes y se sintió atraida por un olor que le recordó su corral. Al tacto notó que había una puerta abierta y después de entrar se acurrucó en la paja del suelo y se durmió, tan a gusto como si hubiese estado en su casa. El horror vino por la mañana, cuando la policía la descubrió en el suelo despedazada por los buitres en cuya jaula se había dormido.

domingo, 18 de mayo de 2008

ESAS ESES

Sus ojos oscuros de mirar sedoso, resaltaban fulgurantes en su carita morena. Oscurito era el bebé y su piel suave en su resplandeciente semblante. Los visitantes se aproximaban a su cuna y su simpatía se hacía patente. Solo como estaba, en aquel hospital y tan chiquitín como era, escasos eran los que pasaban de largo.
Domingo de Pascua… alguien le dio un huevo de chocolate. Su sonrisa se amplió y su manita estrechó el regalo amorosamente. Sus visitantes se fueron, dejando al niño solo, con su pijama amarillo y el huevo de Pascua en la mano. Muy morenito de piel y de ojos negros, pijama amarillo.
Pasaron unos instantes y el panorama cambió. El pijama y el bebé eran, ahora, del mismo color: marrones. El huevo había desaparecido y la sonrisa del niño era, si cabe, todavía más contagiosa. Los ojos los mismos, grandes blancos con fondo negro suave.

sábado, 17 de mayo de 2008

UN VIAJE POR EL MAR DEL NORTE

Un viaje por el Mar del Norte

Marta Salas viajaba acompañada por su marido. Se habían pagado un maravilloso crucero. Estaban en el momento ese, en que las parejas empiezan a recuperar su libertad con respecto a los hijos y la aprovechaban. Se sentían bien cuando estaban juntos, pero se empezaban a hacer patentes las diferentes expectativas de ambos.
Viajaban bordeando las costas de Noruega y sus fiordos y era algo, pensaba ella, de una belleza inimaginable. Paseaba por el barco, procurando no perder de vista el mar y el paisaje, cuando llamó su atención un señor que estaba solo, un anciano. Un anciano pulcro, de pelo blanco y con aspecto frágil y agradable. Tenía algo, la sonrisa quizá y el aspecto bondadoso que le hacían sumamente atractivo. Marta sin pensarlo dos veces se dirigió hacia él y se sentó a su lado. Llevaba ella en la mano un libro “La Fiesta del Fauno” de Vargas Llosa, así es que no hablaron para nada de ellos mismos, la conversación versó sobre la lectura, fluyendo luego fácilmente hacia otros temas de tipo cultural. ¡Cuantas aficiones comunes tenían! Quedó ella subyugada y él no lo sabemos…todavía.
Fueron pasando los días con muy pocos encuentros, saludos fugaces y algún que otro “Qué guapa estás esta noche” por parte de él, cuando en el comedor, se dirigía hacia la mesa del capitán donde tenía su asiento habitual par cenar. El marido, por otra parte, amante de su soledad de dos, cuando lo veía venir decía “Vamos, que viene el viejo”.
Un día en una de las bajadas del barco, en la que todo el mundo andaba cámara en ristre, le dijo ella “Antonio, te voy a hacer una fotos para que tengas un recuerdo” y así lo hizo.

Todo acaba y aquel precioso viaje acabó también. Despedidas, cambios de direcciones, en fin lo de siempre.
Cuando volvieron a casa, Marta le escribió una carta intrascendente contándole como habían pasado el final del verano y le mandó las fotos.
A vuelta de correo, recibió una carta acompañada de un libro que él mismo había escrito. Estaba tan bien redactada y era tan bonita que a ella le llegó al alma. Marta, por aquel entonces acababa de leer “Dios vuelve en una Harley” y para corresponder a su regalo, le envió a su vez, el recién terminado libro.
La empezó, él, a tratar como si fuese para él, ese "Dios" que volvía. Aquello como en "Casablanca” fue el principio de una gran amistad que duró justamente cuatro años, hasta el momento en que él murió, porque su cuerpo se agotó de vejez, no así su espíritu que supongo que si anda por el cielo o por donde sea, seguirá siendo joven e inolvidable.
Sus cartas, poemas a veces, llegaron a ser, para ella muy importantes y para él, las de Marta, una especie de bálsamo en aquellos últimos años de su vida, que fueron de enfermedad y vejez; de hecho él, las describía como divertidas y estimulantes y las reclamaba por teléfono o correo, si se retrasaban.
Se siguieron escribiendo y él mandándole libros suyos, hasta el final. Resultó ser, un gran escritor, cofundador de CUADERNOS PARA EL DIÁLOGO y colaborador en otros periódicos, de mucho prestigio, también. Todo un lujo para Marta, que disfrutó mucho con su amistad y con sus misivas. Ella guarda sus libros y sus cartas como un tesoro y solo siente no haber podido ir a un homenaje que le dieron cuando murió, en su tierra natal Bilbao, en la Fundación que lleva todavía su nombre: ANTÓN MENCHACA CAREAGA”

jueves, 15 de mayo de 2008

PREMIADO. NAJA, NAJA. LA COBRA. XIV CERTAMEN MOTRIL. 2º PREMIO

Lo vi por primera vez a orillas del Nilo, en un pueblo que se llamaba Edfu. Estaba un poco apartado de los puestos de collares, foulards y artículos de mil clases distintas. Solo un poco apartado, porque el abigarramiento imperaba y no permitía grandes distancias. Vio que me acercaba preparando la máquina de fotos y me miró inquisitivo. Al ver una moneda en mi mano su recelo desapareció y asumió su papel de encantador de serpientes y, esgrimiendo su flauta de bambú, empezó a entonar una suave melopea. Se irguió la cobra y mirando a su amo empezó a balancearse al ritmo de la música. Dicen que este sonido es similar al que emite la hembra y que (¡Oh, el amor!) es a ella a quien buscan.
Llegué al barco que nos esperaba atracado allí cerca y, como solíamos hacer, enseñé las fotos a mis compañeros de viaje. El guía también las vio. El había nacido cerca de allí, con lo cual, para él, el hombrecillo de la foto, no era una leyenda como para mí, sino un vecino más que vivía, de eso, de asombrar a los demás con su dominio de las cobras.
Le tiré un poco de la lengua y fue dándome detalles que me interesaban.
Se trataba parece ser, de una tradición, de algo aprendido por algún abuelo de su
abuelo, algo parecido a un brahmán y que había ido pasando de padre a hijo hasta
Kamal, nuestro hombre, que guardaba celosamente su misterioso secreto.
El veneno de las cobras, según me contó Ahmed, nuestro guía, es una neurotoxina que
corroe los tejidos de tal forma que su mordedura resultaba mortal hasta hace
relativamente pocos años en que los científicos descubrieron un antídoto que hizo que
las muertes causadas por las letales mordeduras disminuyeran considerablemente.
Dos mundos opuestos estaban allí, al alcance de mi mano.


El guía Ahmed era un hombre culto, egiptólogo decía él y como tal explicaba con precisión los detalles de tumbas, templos, pirámides, museos y monumentos con sus
relieves representativos de sus faraones-dioses, en tránsito después de esta vida, hacia otro renacer. Les esperaba, después, un mundo casi igual al que dejaban, pero, en el que ya la muerte no existía. En este viaje debían llevar todo lo que en su nueva vida iban a necesitar: alimentos, ropas, joyas, perfumes y enseres, sin olvidar las barcas para surcar los ríos que a la nueva vida les conducirían. Algunos bajorrelieves conservaban incluso el color y no podía uno menos que pensar qué habría sido aquello cuatro mil años antes, en pleno esplendor.
Los jeroglíficos, que cubrían las paredes de los sarcófagos y cámaras mortuorias, encerraban la historia de los faraones y de sus familias constituidas en triadas como la de Horus, Isis madre y su hijo Osiris. Todo aquello y mucho más, resultó absolutamente imposible de descifrar hasta el relativamente reciente descubrimiento de la pieza clave de la Egiptología: LA PIEDRA ROSETTA que, al mostrar una inscripción trilingüe, permitió a un estudioso francés: J. F. Champollion, desvelar los caracteres de la escritura egipcia y con ello mostrar cómo vivían y descubrir un mundo verdaderamente asombroso.
Kamal, nuestro hombrecillo, había sido instruido por su padre, no sabemos cómo. Lo que sí sabemos es que su primer hijo, su primogénito y él más querido murió a la edad de ocho años y que nunca se supo muy bien por qué.
Nuestro guía nos contó que corrían rumores del por qué de semejante desgracia. Según él, a los futuros seguidores de la tradición se les inyectaba una pequeña cantidad del veneno del reptil, para así inmunizarlos. Se hacía esto cuando eran niños, pero en aquella ocasión la cantidad no debió ser la adecuada o quizá eligieron un mal momento y las cosas se complicaron provocando una muerte innecesaria. El concepto de la muerte es distinto en Oriente, pero éste era el único hijo varón y la aceptación del hecho fue digna de cualquier familia occidental: fatal y trágica.
Poco amigo de dar explicaciones, Kamal no admitía preguntas: "Las serpientes me respetan ", decía sin más.
Habíamos entablado, ya, una cierta amistad con Ahmed, que hablaba castellano casi perfectamente y estaba familiarizado con nuestra forma de vivir, tan diferente a la suya. Afectado por la poliomielitis de niño, sufría una cojera que le dificultaba la marcha y tenía una mano inutilizada casi por completo y aunque nunca se quejaba, un gesto de dolor se le escapaba de vez en cuando. Era un hombre joven, unos 38 años, y su vida debía ser el paradigma de lo que era su país: una mezcolanza curiosa. Compartía su casa con los casi cuarenta miembros de su familia y a pesar de ser el suyo, un país en el que la mujer está relegada a un ámbito de inferioridad, ellos constituían un auténtico matriarcado en el que su madre lo organizaba y dirigía todo. Él estaba casado y esperaba ya su cuarto hijo, pero su mujer se limitaba a seguir los mandatos de la madre de él y los de su marido.
Un día nos llevó en un barquito de vela triangular, una faluca, a visitar una aldea nubia, situada a orillas del Nilo en una de las islas que se llaman Elefantinas. Nos había hablado del porte altivo y elegante de aquellas gentes de sonrisa amable. Era una población constituida por artesanos, auténticos artistas que vendían virguerías, hechas por ellos mismos.
Los niños eran verdaderamente agraciados y cautivadores. Una niña que se llamaba Sara, me medio adoptó y me seguía a todas partes. Le acaricié la carita sonriente y le dije: "Sara, guapa" y más lista que el hambre me contestó: "Tú, guapa", con lo cual, yo que soy abuela y por lo tanto facilona para los críos, quedé totalmente subyugada. Puso en mi mano una muñeca tan graciosa como ella, de las que hacían con los materiales de que allí disponían. Me pidió algo para su mamá: una barra de labios, ya que era algo que les parecía irresistible. Un bolígrafo, un caramelo o algún euro era una pequeña fortuna para ellos, pero no daban la impresión de ser gente desgraciada en absoluto.
Vimos también su pequeña escuela y se divirtieron mucho cuando el maestro nos hizo escribir nuestros nombres en su lengua en la pizarra y también los números. Vivían también de los camellos, con gran esfuerzo conseguí encaramarme a uno de ellos. ¡Qué miedo, qué alto estaba aquello! Iban bordeando un sendero sobre el río, en el que en ciertos momentos creímos todos que aterrizaríamos de mala manera...Pues no, no nos pasó nada y resultó ser muy estimulante, especialmente para Ahmed que, desde la barca en el río navegaba plácidamente, muerto de risa al ver los apuros que pasábamos y el miedo que teníamos.
Volviendo a Kamal y sus serpientes, supimos también que la muerte de su hijo contribuía a la inevitable desaparición de ese legendario ser que es el encantador. En 1972 una ley había prohibido tener serpientes como animales "domésticos" y cuando la policía encontraba a alguno con su flauta y su cobra, no era raro que le confiscasen el animal que era su medio de vida, sin darle a cambio un trozo de tierra o enseñarle algún otro oficio, con el que pudiera subsistir. Por eso nos dijeron, los pocos que quedaban, nunca estaban frente a monumentos o lugares principales.
Quedaban, pues, relegados a limpiadores de granjas o de terrenos que liberaban de reptiles a cambio de unas pocas libras egipcias.
Distinta la imagen real a la que yo tenía en mente de esos hombres, dignos personajes de una novela de Rudyard Kipling.

miércoles, 14 de mayo de 2008

COMPOST

Una cosa se iba haciendo patente, con los años. Sus emociones eran cada día más y más incontrolables. Ella, nunca había sido de lágrima fácil. Él, un poco más. Todos, en casa le tomaban el pelo, cuando veían su emoción aparecer inoportuna cuando Heidy, por ejemplo, se separaba de su abuelito. (Reconozcamos, que daba mucha pena).
Ella tenía cierta tendencia a analizar. No hacía caso de la sabía enseñanza de CONFUCIO cuando decía: Si quieres ser feliz, como me dices: No analices ¡idiota!, no analices. Constataba, que en realidad, las emociones estaban estrechamente ligadas al momento y a las circunstancias. En cierta ocasión, por ejemplo, cuando ella tenía diez y seis años y él se acababa de marchar, lejos, a incorporarse a su primer trabajo...Fue entonces, separados como estaban, cuando ella vio aquella película: ROMEO Y JULIETA en las TINIEBLAS. Él nazi, ella judía, jovencitos los dos. En la dichosa película y justo un momento antes de encender la luz: a él, lo matan. En el cine estaba ella con sus dos hermanas mayores, despiadadas en sus tomaduras de pelo. Aguantó como pudo, pero ya por el pasillo empezó a llorar, no suavemente, a “hipíos”y cuando todo el mundo iba haciéndose paso, despacito, hacia la salida. Cogió ella entonces, el pañuelo que un desconocido señor le ofreció y escondió su cara llorosa en él, como pudo ¡Qué vergüenza!
Estas y otras son las vivencias, supongo, que van conformando nuestro particular compost, del que nuestro maestro dice que hemos de extraer la deseada inspiración.
Ángela Magaña

domingo, 11 de mayo de 2008

La Dicha del Jubilado

LA DICHA DEL JUBILADO.
Tema éste, que no parece en principio prestarse a controversia.
Veámoslo aunque así sea: Ese momento que llega después de haberlo esperado impacientemente, parece ofrecer ni más ni menos que TIEMPO LIBRE para descansar, leer, pasear, hacer deporte y poner a nuestro alcance hobbies varios a cual más apetitosos y dispares. Tantos como diferentes personalidades existen.
Yo le digo a esto. NO, simplemente no! No se equivoque! Cual arma afilada que cualquiera puede esgrimir, pero que será utilizada preferentemente por sus vástagos y como premisa a cualquier petición, saldrá a relucir la frase: Tú, que no tienes nada que hacer..... Y seguirá después alguna petición que le impedirá descansar, leer y todo lo anteriormente enumerado como apetitoso para Vd.
Se sumará a todo esto el tiempo que Vd. tendrá que dedicar a las múltiples "cacas" que le acosarán, ahora que tiene tiempo para ir al médico. Ejemplo: cataratas, reumas varios (usados en masculino, e incluso en femenino, véase "la reuma") y otros achaques múltiples y variados. Considerando, sin embargo, más penoso el primer punto de esta disertación (aparecido en el párrafo anterior)
No olvidemos otro punto: los viajes, que se realizan caiga quien caiga, incluso si hay que pasar por encima de algún cadáver. Así pues. LA JUBILACIÓN ES DURÍSIMA. No lo dude. Sin embargo obstínese Vd. en llegar a ella. Además de lo anteriormente reseñado la jubilación es grande, genial y! MERECE LA PENA! Enhorabuena si la ha alcanzado o está Vd. a punto de ello. ANGELA MAGAÑA

sábado, 10 de mayo de 2008

SEISCIENTAS CINCUENTA PESETAS

Recuerdo que aquel fue mi primer trabajo.
Tenía yo quince años y estaba en el colegio. Mi clase estaba en el tercer piso y olía a tiza y también a ollín, añadido a ese olor inconfundible de una clase abarrotada de jóvenes adolescentes. Llevábamos uniformes que diluían, un poco, nuestra individualidad y en los que nos sentíamos cómodas. Nuestros recreos transcurrían en la terraza de un edificio en pleno centro de Madrid, por lo cual y debido al humo de las chimeneas, los calcetines, blancos al salir de casa, viraban rápidamente al color de la ciudad, el gris.
Aquel día la monja, vino hacia mí y me preguntó si me gustaría dar unas clases, después del colegio. Lo de ganarme unas perras, me pareció una idea fabulosa y así cada día, cuando yo acababa, me dirigía a la Plaza del Ángel, donde ayudaba a dos hermanas, un poco más crías que yo, a hacer los deberes.
Un mes transcurrió y cobré, mi maravilloso primer sueldo. Seiscientas cincuenta pesetas, no lo olvidaré. Increíblemente y aunque era una auténtica niña, yo, tenía novio. Mi estado amoroso era grave, severo y mis compañeras, amigas, familia y monjas lo sabían. Era evidente, el amor se me salía por las orejas. Cogí pues ese primer sueldo de mi vida y me fui a una tienda carísima y prohibitiva del centro a comprar un regalo para mi novio. Uno de los dos que le hice. Una pitillera por un lado y por otro las obras completas de GARCÍA LORCA.
Mi ilusión no tenía límite y la compensación que obtuve tampoco. Allí aprendió ÉL a decirme eso de: DEL BESO QUE A TU RISA LE PREPARO, SE TE VA A DERRAMAR LO MENOS MEDIO.

viernes, 9 de mayo de 2008

DERMATITIS SEBORREICA

Tenía la cabeza sobre los hombros, cuidada y limpita. No podía olvidarla, porque estaba ahí y se hacía notar por medio de picores.
Consultó a amigos, médicos y otras gentes. El resultado fue ese: “DERMATITIS SEBORREICA”. Le fueron aconsejados potingues múltiples, entre los cuales: unas maravillosas vitaminas.
La cabeza, en cuestión, seguía protestando.
El peso sobre ella aumentaba. ¡Más vitaminas y más potingues! Todos muy caros y buenísimos.
La lucha se hizo más y más encarnizada. Con tanta vitamina y tanto cuidado, crecían y crecían. Iban necesitando más y más territorio. Lo defendían con frenesí. Sobrevivían sólo los más fuertes, que ya eran menos. Hasta que un día la cabeza empezó a parecer pequeña, comparada con la vida que albergaba.
Como quien gana una guerra lanzando un misil, aquello acabó gracias a un arma de destrucción masiva. ¡UNA LIENDRERA! Masiva fue la destrucción, en efecto, aunque sólo quedaban los más hermosos. Todos ellos murieron a la vez, bien alimentados, felices después de tanta vitamina.
Ella, la que estaba debajo de la cabeza, reflexionando profundamente, se dijo: “Nunca más volveré a pensar: “De este agua no beberé, ni siquiera, este cura no es mi padre”
Sintió luego, como si se hubiese quitado un peso de encima y su cabeza ligera y renovada ahora, dejó de dar la lata. THE END.

domingo, 4 de mayo de 2008

El MUNDO, un GRAN PAÑUELO

Divagaciones a propósito del machacón: DOS DE MAYO.
Hace ya 18 años que se casó mi hija con un buen chico, de Barcelona. En el gimnasio, donde estábamos, se lo comenté a una buena amiga, francesa (no se puede ser perfecto) y su comentario me dejó pegada a la pared.
Me dijo: “Estarás contenta, ahora ya, tienes una hija europea”. Como una hiena, le dije yo: “No sabía que TU, estuvieses casada con un africano”
Ella está felizmente casada, con un españolito andaluz, que le ha salido “canela” y que con todos los respetos, creo, que no lo hubiese mejorado ningún aguerrido “europeo”.
Le sorprendió mucho, a mi amiga, mi respuesta. (Me eduqué entre franceses, por lo que me debe considerar, “más europea”) Me dijo: “No me podía imaginar que ibas a reaccionar así."
Hoy, le hubiese podido contestar que a los españolitos del “DOS DE MAYO”, tampoco parecía hacerles muy felices la idea de “Ser, por fin, otra cosa que lo que eran: ESPAÑOLES.”
En el fondo, ¿qué somos? Somos sólo: “Los mocos”, en el gran pañuelo que es “El mundo”. Para convivir, nos falta aprender a estar calladitos y un poco de eso que nosotros llamamos “SABER ESTAR” y ellos: los franceses, “SAVOIR FAIRE”.
Estaría bien, de paso que los “franchis” se apearan algún ratito de su pedestal y dejasen, desde arriba, de: “PERDONARNOS LA VIDA”. A nivel personal, quiero decir.

ANGELA MAGAÑA

miércoles, 23 de abril de 2008

BATALLITAS

Con esto de la edad provecta (o casi), pratico, últimamente dos deportes. Me dedico a viajar de un sitio a otro (antes también), pero ahora simultanéamente y como disimulandillo, me opero de "cosas": ojos, manos, muñecas, etc.
Por mucho afecto que Vds, sientan por mí, no deben preocuparse. Mi optimismo es absolutamente pernicioso y me siento bien "joven y bella" y con los mismos deseos de siempre de hacer muchas cosas. Exagero, pero tampoco demasiado. Tranquilos, pues.
Más preocupante es que: ¡ME QUIEREN PONER UNA BOMBA! y eso suena a sección de sucesos. ¿ O no? Lo malo es que no voy a poder ni hacerme la interesante, porque la bomba en cuestión es de insulina "vulgaris" Yo creo que lo hacen para quitarme mérito.
Me doy cuenta de que el título, no corresponde a lo escrito. Pensaba en otra cosa, pero como los niños: "Ha sido sin querer. Yo, no he sido" Han sido mis dedos, ellos solitos.
Me pregunto: ¿Me tendré que operar, en breve, de las ideas? ANGELA MAGAÑA.
P.D. Otro día les contaré lo de las batallitas.

miércoles, 16 de abril de 2008

VENENOS. Cuento en 50 palabras.

Kamal jugueteaba, absorto, con la hoja del edicto, Detrás la cobra, Naja. No lo haría, no la mataría. Peculiar única compañera. Sus hijos menospreciaban su oficio, su mujer expandía un veneno más poderoso aún. Disminuían sus reflejos, preveía que acabaría mordiéndole. Ese día, acabaría con ella, morirían los dos.

domingo, 13 de abril de 2008

Me gusta

Su forma de tomarse la vida.
El hecho de que valore, justo, lo que es digno de ello.
Su filosofía.Su alegría.
Lo clara que tiene su vocación.
Que me quiera, que se quiera a ella misma.
Su saber empezar; cada día.
Que sea capaz de estar cerca, con lo lejos que está.
Su poco apego a lo material.
Su capacidad para hablar claro.
Su capacidad de no ofender.
Su corazón, que es grande.
Su cara preciosa.
Su sentido del humor.
Su discernimiento.
Lo bien que me aconseja.
Me gusta todo de ella.
Me gustan muchas cosas, que se que se me olvidan
¿De quien estaré hablando? ¿Lo sabes tú, Ana?

AMIGOS

No se porque siempre me he sentido atraída por la gente mayor. Puede que sea porque mis padres murieron jóvenes. Quizá ni eso. Simplemente, me gustan. ¡Tienen tanto que contar!
Me ha pasado siempre, incluso antes de ser yo misma talludita.
Siempre ha habido un anciano en mi vida. No fue la primera, pero hubo una Dª Aurelia, a la que quise mucho, con un amor correspondido. En principio, nos unía la diabetes. Creo que ella me adoptó por eso. Era yo, muy jovencita entonces. Ella era una viejecita guapetona, graciosa y pulcra, con mucho sentido del humor. Hablar con ella era una gozada auténtica. Contaba que su marido había sido tan feo, que nunca tuvo que molestarse en sentir celos. Otras cosas, serias y pasadas, contaba ella festivamente y sin hacer tragedia. Por ejemplo: que su padre (y toda la familia con él) se arruinó en el juego, nada menos que en tres ocasiones. "Cuando no puedo dormir,- decía ella- pienso en cosas que me gustan y ¿qué me gusta a mí?- añadía- me gusta el dinero". Así es que sus pensamientos le quitaban el insomnio. Dio la casualidad de que yo estaba con ella, cuando murió y la tenía cogida de la mano en el momento. Nos dijo. "No os preocupeis, hijos, que yo, no me malogro".
La recordaré siempre como encantadora. ¡Ojala esos ánimos, fuesen tónica general! ANGELA

martes, 8 de abril de 2008

VACIO

Vacio: El que siento cuando después de acabar un buen libro, no me he sumergido todavía en el siguiente. Cualquier lector que se precie, me comprenderá. Seguro.

miércoles, 2 de abril de 2008

Propósito

Creo recordar que el crear este blog partió de la idea de que el hecho de escribir, nos resultaría más fácil si cada día nos sentábamos un ratito, enfrente de la hoja en blanco, con la intención de eso: escribir algo. Lo hice desde el primer día. Ahora y cada vez con mayor intensidad veo que no es así. Me cuesta más y más encontrar un tema que, a mí la primera, resulte interesante.

Mi vida no lo es mucho, últimamente. Puede que como en los tiempos románticos de Byron y Espronceda, resulte que la paz relativa (siempre) y personal en mi caso sea poco digna de contarse. Recurrían ellos a los grandes amores, desgraciados por supuesto, a sus perdidas en el juego, a sus tísis y a otras zarandajas. Capaces eran, si necesario y por darle color a sus escritos, de batirse en duelo y de suicidarse incluso, si era necesario. Siempre he dicho yo, como pidiendo permiso para no ser estricta en lo que cuento, que hay que intentar "darle color a la conversación" Suicidarse, queda exageradillo, así es que habrá que pensar alguna que otra cosa. Me duele una mano...¿bastará con eso?

Mientras tanto, me avergüenza casi hablar de mis amores. Mi oponente no es otro que mi nieto de 6 años, pero si eso, no son amores: ¡Que venga Dios y lo vea! Nuestras conversaciones son insuperables y creo que altamente sorpresivas e interesantes. Para él lo que le cuento yo y para mí lo que me cuenta él. El capítulo "declaraciones de amor" no dejemos que pase desapercibido. Un precioso de esa edad, te dice: "te quiero mucho, abuela". La abuela en cuestión se derrite seguro. Como veis, puede resultar altamente peligroso.

No es un niño de seis, es una personilla en formación, pero con un criterio propio y con una capacidad de razonar increíblemente nueva y sin las preconcebidas malicias que lo estropean todo. No olvidaré sin embargo su increíble sentido del humor. Los niños que lo tienen, que no son todos, hacen gala de él desde bastante pequeños. Esto, lo he discutido alguna vez con gente que dice que un "casi bebé": No tiene sentido del humor. Suicidarse, me perece excesivo pero por esto último: apuéstome lo que haya menester.

Vds. perdonen, pues, mi falta de inspiración momentánea. Intentaré ponerle remedio. ¿Qué tal un viaje en globo al Cabo de Buena Esperanza? ¡Que pereza...! Pensaré en otra cosa...No se, no se... ANGELA

sábado, 15 de marzo de 2008

Con música de tango

Tiempo fugaz, incoherente.
¡Maldito sea el queso de bola! Me preguntó por qué, pero la triste verdad es que el tiempo, fluye, corre y se va , rápido como el viento. Lo peor es que sólo de una manera se puede evitar esa fugacidad. ABURRIRSE. NO SENTIRSE BIEN. Esto no nos gusta así es que, otra vez la emprendo con el pobre queso de bola. ¡“mmm…ditosea”!
¿Y si le cantásemos eso de "No te, vayas todavía. No te vayas por favor..." ¡TAMPOCO!
Como todos vosotros “blogueros” del alma, compañeros míos, sois (me consta) sagaces, sólo os diré una cosa sobre mi misma y mi momento actual. No las veo venir. Se me pasan volando los días y las semanas
Un abrazo amiguetes. Hasta pronto. ÁNGELA

viernes, 22 de febrero de 2008

Chocheces 100 palabras

Todavía algunas veces huele a sangre, pero, el tiempo ha pasado. Ya viejo, me asomó a la ventana y el dolor ya no está ahí. Veo a mis nietos jugar. ¡Juegan a soldados y guerra! ¿Qué sabrán, ellos, lo qué es eso? Sus armas, son escobas y sus ruiditos: "Pum, pum" sólo me hacen sonreír. ¡Bendita ignorancia, qué no sabe de la sordera que provocan las ráfagas, ni de las cegueras que siguen a los fogonazos! Ni de la muerte, ni de la separación, ni del olor a sangre. Mi mirada se eleva y creo en mi dios que es la paz. ÁNGELA MAGAÑA

miércoles, 20 de febrero de 2008

Del Beso...

Del beso, que a tu risa le preparo, se te va a derramar lo menos medio...¡Qué bonito! ¿Verdad?
Son recuerdos de juventud. Sólo eso...yo no escribo cosas tan bonitas. Las siento dentro. También vale...¿no?
Ahora valoro cosas como: mi pareja, los amigos...¿donde estáis amigos? ¿Por qué os vais yendo lejos de aquí? Os echo de menos y... a los hijos y a los nietos y a los hermanos y a cualquier tiempo pasado que, en realidad, fue mejor o ¿no fue mejor?...También las hemos pasado "canutas". De todo ha habido.
Mejor, os dejo con un: "HASTA MAÑANA". ANGELA MAGAÑA

martes, 12 de febrero de 2008

COMIENZA EL DESFILE

Éramos diez. Hasta anoche éramos: diez primos hermanos. Hijos de tres hermanos, que ya murieron.
Ayer murió una, de los diez.
Como en tus "Diez Negritos", amiga Agatha.
El asesino no es, esta vez, el mayordomo. Es la vida misma, inexorable. Ahora ha comenzado él desaparecer que nos atañe a nosotros, a nuestra generación familiar. Pensemos en ello y aferrémonos al momento en que vivimos. Nuestro momento, conscientes de que el reloj sigue corriendo.
En cuanto a la que ya acabó, lejos de aquí, en su Soria querida. Ya no sufrirá más. TODO HA ACABADO.
DESCANSE EN PAZ.
ANGELA MAGAÑA

jueves, 7 de febrero de 2008

Al pan, pan y al vino, vino.

En una ciudad pequeña y bonita, había un club a orillas del mar. Iba allí lo más granado de la sociedad y lo menos granado, también.
Gentes había que iban allí a hacer deporte y a pasar amablemente unas horas de más o menos solaz y de bastante esparcimiento.
Había un grupo de hombres jóvenes que, además de a empinar el codo con aplicación, se dedicaban (y esto lo hacían con frenesí) a presumir de sus "supuestas" conquistas amorosas.
Algunos extranjeros, procedentes de climas menos benignos, acudían a la ciudad de vacaciones. Ocurría con frecuencia que se enamoraban del lugar y allí se instalaban. Unos preferían la orilla del mar o la ciudad y otros: un chalet, más o menos encaramado a las montañas de alrededor, desde donde poder gozar de un precioso paisaje.
Aterrizó pues, por allí, una pareja joven de escoceses. Ella vivía prácticamente sola en la montaña, ya que su marido viajaba mucho. Desocupada y aburrida, bajaba con frecuencia al club del que hablamos. Despertaba la curiosidad de los foráneos: mujer sola, vistosa y emanando un curioso olorcillo a coñac, al que pegaba fuerte. Se supone que así llenaba sus soledades.
No tuvo otra idea uno de los caballeretes del grupo, que presumir de que se había acostado con ella.
La noticia llegó a los oidos de la interfecta. Todo dentro de lo normal, en un lugar en que el cotilleo era la principal ocupación.
Pasaron unos días, muy pocos, y llegó ella al club, en plena reunión de los imaginativos mal hablados. Se acercó decididamente al grupo y dirigiéndose al mentiroso fanfarrón, en un español muy deficiente pero con una voz muy potente, le dijo. "Vamos a ver: ¿Cuando tú follar mí?"
Más claro agua y, buen corte para aquel melón. "AL PAN, PAN Y AL VINO, VINO"
ANGELA MAGAÑA

sábado, 26 de enero de 2008

El patio

La casa gozaba de un espacioso patio, lugar propicio para la intimidad familiar y para los juegos de la niña. En un rincón, un pozo medio cubierto por una parra que trepaba por el pretil esparcía una sensación de frescura muy agradable. En otro extremo, cercano a una ventana cuajada de geranios, un carro de grandes ruedas ambientaba el conjunto. Sobre él, serones y cestos utilizados para faenar. Bajo el porche, una gran mesa y unos cómodos sillones de enea, hacían del patio un lugar acogedor.
Los adultos de la familia llamaban a voces a la pequeña en un afán que ya duraba más de media hora. Empezaban a asustarse, a asustarse mucho. Alguien hizo notar que un par de tablas, de las que tapaban la apertura del pozo, estaban levantadas. Con brusquedad las tiraron todas al suelo y miraron hacia dentro.
En la superficie se reflejaron las tensas caras de los mayores y, entre ellas, la de la niña, que se les había unido. La cría, feliz como nunca, creía que por una vez sus padres jugaban con ella al escondite y sólo la curiosidad la hizo salir del suyo, en el carro, para intentar ver ella también que era aquello que su familia buscaba allí, en el interior del pozo. ANGELA MAGAÑA

sábado, 19 de enero de 2008

Color camello

Uno tras otro, como siempre. La ida lenta con olor a miedo. La vuelta rápida, en animosa carrera. Al borde de la altísima ladera de arena sobre el Nilo, la carga va agarrotada. A la vuelta, en cambio suelta, flexible, nos azuza con sus grititos. Una vez y otra y otra más. Siempre lo mismo. Solo los niños nubios, que como nosotros viven de los turistas, alegran nuestro eterno ir y venir.
¡Absurdos humanos! ¿Por qué suben sobre nosotros? -¿Por qué? Si van muertos de miedo y se nos agarran como si les fuese en ello la vida.
ANGELA MAGAÑA.

P.D. Seguimos la senda: yo del maestro y el camello de los que son como él. En el desierto.

jueves, 17 de enero de 2008

Otro mundo

Recién llegada de Egipto ¡Nada menos! Es otro mundo. El Cairo: un caos maravilloso y espeluznante, hoy en día. Diez y ocho millones de habitantes, sueltos por la ciudad, andando, en coche, en bici, subidos a asnos o camellos y locos...¡LOCOS! No hay semáforos o los ignoran, con lo cual cruzar la calle es una aventura. ¡Los taxis! Posiblemente, subida en uno de ellos sientas un calorcito extraño en los pies y mirando hacia abajo compruebes que el suelo casi no existe y que el calor proviene directamente del motor.
Solución eso si, hay para todo. Para cruzar se recurre a uno de los miles de policías (para el turismo) que por allí pululan. Con una encantadora sonrisa él mismo nos cruza, jugándose el tipo también, simplemente, para acompañarnos en la aventura.
Esto sería un aperitivo de lo mucho que hay que contar del Egipto de hoy: aromas, niños sonrientes que se apropian de tí y te acompañan/ persiguen, pedigüeños y listos como el hambre, encantadores de cobras, la oración que se escucha y se ve en los muchos practicantes que oran arrodillados en el suelo, mirando hacia el Este, su Meca.
Contrastes: ¡El desierto, tan desierto y tan ocre. La ciudad abigarrada y la parte fértil, tan verde y tan luminosa y el Nilo inmenso y tan azul!
El Egipto de ayer: ¡QUÉ MARAVILLA!
¡Qué país fue aquel...!4000 años después siguen en pie pirámides, templos, tumbas y palacios con sus grabados y colores siempre vivos. ¡Qué cultura debió ser aquella! Pródigos en dioses frente al actual Islam monoteísta. Con esa fe en la Vida, con mayúsculas, que nace como el sol por el Este y muere como el astro por el Oeste.
El difunto (no necesariamente un Faraón) renacerá, después de un largo viaje en la barca que, junto a todo lo demás que va a necesitar, le dejan preparada junto a su cuerpo momificado y preparado mirando hacia el Levante.
No olvidarán, en su preparación a la otra vida, las vísceras: corazón, estómago, hígado y pulmones. Cuatro vasos, llamados canopos, las contendrán. Cada uno de estos recipientes estará cerrado por una cabeza de animal, representativa también de diferentes divinidades.
Visitamos un poblado nubio que casi fue lo que más nos impresionó. Llegamos en faluca, por el Nilo. Esas gentes que viven del turismo y de sus camellos, encantan por su simpatía, son verdaderos artistas artesanos. Los niños subyugan: guapos, dulces y sabiendo usar una palabra o sonrisa que llegue. Listísimos. Tienen una escuela limpia y pequeña, muy, muy bonita. Dan la impresión de inteligencia natural y de ser felices en su forma simple de vivir.
En cuanto a los camellos. ¡Caramba, que alto es un camello! yo que de joven no me atreví a montar en uno en Canarias por puro canguelo, lo he hecho ahora (presa de la fatalista y garantizada idea de que: "de algo hay que morir"). Pero eso si, aunque joven YA no soy, una vez que me vi subida ahí arriba, el miedo de mi juventud apareció corregido y aumentado y también la pregunta. "¿Qué hago yo aquí arriba?
Nuestro mundo distinto, mejor, peor...¿Quién lo sabe? ANGELA MAGAÑA