martes, 26 de enero de 2010

LA CAGAILLA

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From: angela magaña
Date: 26 ene, 22:16
Subject: LA CAGAILLA
To: LiterataMotril


Algunos de nosotros, motrileños, conocemos la anécdota.
Conversaba el Rey Balduino de Bélgica con el alcalde de entonces: D.
Juan Antonio Escribano; supongo yo que pretendía tomarle el pelo. Le
preguntó el nombre original del lugar en el que estaba situada su
finca "Villa Astrida" y al oir la contestación: "La Cagailla" indagó
sobre el significado de aquello. Muy fino el alcalde le contestó:"la
petite défécation" Y se quedó tan ancho el Señor Alcalde.

Al volver a Motril, me lo he encontrado bastante patas arriba,
todavía, por las obras. He observado que muchos pedazos de acera están
ya acabados y también que gozaban casi todos en su superficie de
alguna más o menos "petite" défécation. Resumiendo: que lo de LA
CAGAILLA, por desgracia le va como anillo al dedo.

sábado, 23 de enero de 2010

MÉJICO

Otro viajecito.
No es pesimismo, pero constato con una pereza perniciosa que: los aviones son estrechos, incómodos y que lo normal, hoy en día, es que el vuelo salga con mucho retraso. Horas mil, estuvimos esperando a la vuelta en el aeropuerto, que se sumaron a las once del viaje, propiamente dicho. Me salvó la vida el segundo libro de Milenio que, gracias al destino, no me cupo en la maleta y llenó felizmente mi espera. Cuando lo terminé casi lloro. Me gustó mucho.

Méjico inmenso me pareció, sobre todo, color. Colores por todo y artesanía laboriosa y naïf de lo más pintoresca. Un país muy religioso lleno de imágenes, crucifijos y gente llena de devoción rezando.
Las pirámides, que ellos llaman templos, muy impresionantes y más todavía los relatos de los sacrificios humanos que hacían a sus dioses sanguinarios. Cuando llegaron los otros, los conquistadores, el pueblo creyó que ellos tambien eran dioses rubiotes y peludos. Ni eran dioses, ni eran tampoco especialmente indulgentes.

El pueblo pobre y artesano ofrece sus mil obras coloridas y que despertaron mi admiración por originales y variadas. Tejidos de lana y algodón, piedras labradas, dibujos, maderas trabajadas con pericia y reproducciones de sus diosecillos y máscaras.

Visitamos unos canales recorridos por barcas decoradas en mil colores y llamadas trajineras. Alquilamos una de ellas y en otras viajaban familias como nosotros, bandas de mariachis vendiendo sus canciones bonitas o más artesanos y proveedores de todo. Cada barca con su nombre de mujer y sus adornos vistosísimos.
El folcklore es variadísimo y alegre.

Nadie nos garantizaba la seguridad en la calle. Los hijos, cuando no nos acompañaban, nos tenían medio raptados. Sólo nos dejaban salir solos por algún barrio seguro: Polanco, por ejemplo, donde viven muchos españoles y es que DF tiene 18 millones de habitantes y calles y calles abigarradas que no ofrecen ninguna tranquilidad.

La comida me pareció sabrosa, bien aderezada y preservándose un poco de los picantes muy apetitosa.

Un detalle curioso es que en el metro (me dijeron) tienen distintos vagones para hombres y mujeres, para evitar abusos.

Me encantó su graciosísima forma de hablar.
En el médico por ejemplo: “Desnúdese, déjese no más, la pantaleta” (¡Con lo fea que es la palabra braga!)
Otro ejemplo: Hubo un accidente en el que murió un señor judío, bastante relevante en esa comunidad y en la radio dijeron que D. lo que fuese: “Había muerto de un helicopterazo”. Con lo cual a pesar de lo trágico del asunto, no tiene el oyente español más remedio que sonreír.
Menos gracioso el: "Ahorita mismo" seguido de una prolongada espera.
Para ellos, los mejicanos, el taco es algo que se come y no algo que se dice cuando se está enfadado. No son nada mal hablados en su vida cotidiana y pública. En su casa, tengo entendido que, tambíén sueltan sapos y culebras, de vez en cuando. Llaman "hocicones" a los que hablan como lo hacemos, con cierta frecuencia, nosotros los españoles.

En fin, hicimos además un viajecito interior para conocer un poco más de ese país tan enorme y todo nos pareció muy bonito. Méjico inmenso y variado… Méjico lindo y querido.

Dos versiones de lo que fue el descubrimiento. Hay quien te habla con cariño de España como "Madre Patria" y otros en cambio rememoran el expolio y es entonces cuando nosotros españoles no sabemos donde meternos.
Dan ganas de decir : "Perdone, pero yo no he sido" o ¿... sí, hemos sido?