jueves, 29 de mayo de 2008

PAREJA IDEAL

Difícil es encontrar a nadie que te confiese lo difícil que le resulta la convivencia con su pareja cuando esta es, digamos: “buena gente”. Cuando el partenaire en cuestión es malo, violento, bebedor, jugador, mujeriego o similares no hay problema. El interfecto es mandado a freír espárragos y punto. Si es encantador, en cambio ¡Qué Dios nos coja confesados!
Los viudos, viudas lloran amargamente sus soledades. Sin embargo, se puede observar, en algunos, un halo inconsciente de relajación, como de aquel que, tras muchos años de adaptación sumisa, se encuentra de repente LIBRE, con capacidad de elegir y decidir, aunque se trate simplemente de cosas fútiles.
Se agrava el problema en el momento crucial de la jubilación. La convivencia deja de ser a tiempo parcial y pasa a ser como se dice en los trabajos: “full time”. El carácter con la edad, tampoco mejora. Las manías se agudizan, el mal carácter se hace patente y puede aparecer una falta de aceptación de la edad y de los muchos achaques que traen consigo un deterioro de la situación. La vida en pareja puede entonces hacerse insufrible.
Son momentos… luego viene la pregunta ¿De qué me quejo? Y la constatación de que es bueno envejecer juntos, compartir tantas cosas, tener con quien hablar… ¿tengo con quien hablar?
Otra pregunta es ¿Soy yo o los demás también tienen momentos negros? La sinceridad, me temo, brilla por su ausencia.
Importante dejar de lado la cuestión del control. De jóvenes se acepta bien. Con los años otra de mis preguntas es ¿Tengo yo edad de que me sigan controlando? En cualquier caso este control es hecho de forma inconsciente y es producto de la costumbre después de miles de años. Así es que no merece la pena ser cuestionada. CONTROLAR ¿yo? Será la respuesta.
No olvidemos tampoco nuestra moral judeo/ cristiana que está ahí y todo lo domina.
¿Como vas a dejar sólo a ese ser encantador que te ha dedicado su vida y que tiene (¡HORROR!) todos los derechos sobre ti y encima tiene ya, un cierto grado de indefensión.
Situaciones de este tipo, irreversibles las hay a montones y no mejoran, creo yo, con el paso del tiempo.
De jovencita leí yo en el reverso de una hoja de calendario:
Sueñas con la evasión pero ¡CUIDADO! En este mundo no hay más evasión que la que viene de arriba.
Yo lo interpreté como un escape hacia la espiritualidad (cultura, lectura arte. Mil cosas bonitas) ¡Y perdonen Vds. que mi reflexión de hoy, sea tan gafe! Luego se me pasa. ÁNGELA

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