viernes, 22 de febrero de 2008

Chocheces 100 palabras

Todavía algunas veces huele a sangre, pero, el tiempo ha pasado. Ya viejo, me asomó a la ventana y el dolor ya no está ahí. Veo a mis nietos jugar. ¡Juegan a soldados y guerra! ¿Qué sabrán, ellos, lo qué es eso? Sus armas, son escobas y sus ruiditos: "Pum, pum" sólo me hacen sonreír. ¡Bendita ignorancia, qué no sabe de la sordera que provocan las ráfagas, ni de las cegueras que siguen a los fogonazos! Ni de la muerte, ni de la separación, ni del olor a sangre. Mi mirada se eleva y creo en mi dios que es la paz. ÁNGELA MAGAÑA

miércoles, 20 de febrero de 2008

Del Beso...

Del beso, que a tu risa le preparo, se te va a derramar lo menos medio...¡Qué bonito! ¿Verdad?
Son recuerdos de juventud. Sólo eso...yo no escribo cosas tan bonitas. Las siento dentro. También vale...¿no?
Ahora valoro cosas como: mi pareja, los amigos...¿donde estáis amigos? ¿Por qué os vais yendo lejos de aquí? Os echo de menos y... a los hijos y a los nietos y a los hermanos y a cualquier tiempo pasado que, en realidad, fue mejor o ¿no fue mejor?...También las hemos pasado "canutas". De todo ha habido.
Mejor, os dejo con un: "HASTA MAÑANA". ANGELA MAGAÑA

martes, 12 de febrero de 2008

COMIENZA EL DESFILE

Éramos diez. Hasta anoche éramos: diez primos hermanos. Hijos de tres hermanos, que ya murieron.
Ayer murió una, de los diez.
Como en tus "Diez Negritos", amiga Agatha.
El asesino no es, esta vez, el mayordomo. Es la vida misma, inexorable. Ahora ha comenzado él desaparecer que nos atañe a nosotros, a nuestra generación familiar. Pensemos en ello y aferrémonos al momento en que vivimos. Nuestro momento, conscientes de que el reloj sigue corriendo.
En cuanto a la que ya acabó, lejos de aquí, en su Soria querida. Ya no sufrirá más. TODO HA ACABADO.
DESCANSE EN PAZ.
ANGELA MAGAÑA

jueves, 7 de febrero de 2008

Al pan, pan y al vino, vino.

En una ciudad pequeña y bonita, había un club a orillas del mar. Iba allí lo más granado de la sociedad y lo menos granado, también.
Gentes había que iban allí a hacer deporte y a pasar amablemente unas horas de más o menos solaz y de bastante esparcimiento.
Había un grupo de hombres jóvenes que, además de a empinar el codo con aplicación, se dedicaban (y esto lo hacían con frenesí) a presumir de sus "supuestas" conquistas amorosas.
Algunos extranjeros, procedentes de climas menos benignos, acudían a la ciudad de vacaciones. Ocurría con frecuencia que se enamoraban del lugar y allí se instalaban. Unos preferían la orilla del mar o la ciudad y otros: un chalet, más o menos encaramado a las montañas de alrededor, desde donde poder gozar de un precioso paisaje.
Aterrizó pues, por allí, una pareja joven de escoceses. Ella vivía prácticamente sola en la montaña, ya que su marido viajaba mucho. Desocupada y aburrida, bajaba con frecuencia al club del que hablamos. Despertaba la curiosidad de los foráneos: mujer sola, vistosa y emanando un curioso olorcillo a coñac, al que pegaba fuerte. Se supone que así llenaba sus soledades.
No tuvo otra idea uno de los caballeretes del grupo, que presumir de que se había acostado con ella.
La noticia llegó a los oidos de la interfecta. Todo dentro de lo normal, en un lugar en que el cotilleo era la principal ocupación.
Pasaron unos días, muy pocos, y llegó ella al club, en plena reunión de los imaginativos mal hablados. Se acercó decididamente al grupo y dirigiéndose al mentiroso fanfarrón, en un español muy deficiente pero con una voz muy potente, le dijo. "Vamos a ver: ¿Cuando tú follar mí?"
Más claro agua y, buen corte para aquel melón. "AL PAN, PAN Y AL VINO, VINO"
ANGELA MAGAÑA