martes, 30 de diciembre de 2008

Cuento !00 palabras. CONCURSO

Al menos para las mujeres tiene mejor gusto…pensó y lo contempló con fruición ¿Qué tenía aquel hombre? Mimetismo verbal hecho realidad. Su nombre: CRISPÍN LÍPIDO Y SULFUROSO. La “y” la añadió, él mismo, cuando hizo las tarjetas de invitación. Los horribles cuadros colgaban de las paredes y un ramillete de jóvenes los contemplaba con cara de entender algo: o ¿Sólo se preguntaban si estaban colgados del revés?
Lo vio ir al salón con la más esplendorosa. Pensó: “van al sofá de cabeza”, no se inmutó. Ella: DULCE PLÁCIDA BENIGNA, era la elegida. Juntos eran pasión enloquecida, puro fuego…éxtasis.
ÁNGELA MAGAÑA.

viernes, 26 de diciembre de 2008

TIEMPO DE PAZ

El año pasado la Navidad nos dejó agotados y tristes. Nos dimos cuenta de que la mentalidad que nos llevaba a reunirnos por narices, aunque fuera forzando las cosas, era errónea. Yendo mentalmente más lejos, a años atrás, observé que el mero hecho de : “Volver a casa por Navidad” impuesto, servía para que los nerviecillos estuvieran a flor de piel y a que nadie estuviera verdaderamente cómodo.
Este año tomamos una decisión heróica y sin enfadarnos dijimos que nos quedábamos en Motril y en casa y que él que quisiese y pudiese acudir sería bien recibido. Mi hermana por ejemplo confesó que estaba cansada y quería estar sola. Yo me recriminé la tontería de no haberlo notado y me dije: “Soy tonta, por ahí debíamos haber empezado”
Analizando, atando cabos y repasando comentarios de unos y otros llego a la conclusión de que no sólo mi hermana sino más gente desea eso: Estar solos y que no sean días de felicidad compulsiva y forzosa: Hágase la Paz: Eso es lo que prima. Más de una horrorizada ama de casa, ve impotente lo que se le viene encima. Los demás también: Se ven obligados a hacer viajes largos y costosos que en el fondo son eso: UNA PENOSA OBLIGACIÓN.
Yo tuve un padre que siempre insistía en que no nos dejásemos llevar y en que decidiésemos por nosotros mismos, en cada ocasión. He tenido que llegar a los 65 diciembres para constatar que no es obligatorio armar la marimorena. Este año me he sentido mucho más en amor y concordia con los demás, estando lejos pero muy en contacto por teléfono o Internet (con esas hermosas cámaras que permiten que nos veamos los unos a los otros) que otros años juntos y revueltos. Creo que cuando las reuniones podamos hacerlas en MI casa y con los que, de verdad, deseen venir todo irá mejor. Eso de ser la madre conlleva algo más de paciencia y desde luego buena voluntad. Así es que él que QUIERA DE VERDAD venir el año que viene será bienvenido, siempre SIN FORZAR LAS COSAS.
Este año hubiese sido literalmente imposible, por la distribución geográfica de unos y otros. Hemos estado solos y ante el comentario un par de cansadas amigas me han dicho: “¡Qué envidia!”
Cada año viene distinto y punto y éste ha tocado solos mi marido y yo en un “tête à tête” muy cordial, hasta ahora desconocido en estas fechas. Hemos estado tranquilitos… un poco demasiado pero: ¿Qué se le va a hacer? El balance final ha sido bueno.
Con los amigos también hemos pasado buenos momentos. Hemos descubierto nuevos valores y nos ha gustado.
¡QUE SEAN VDS. FELICES SIEMPRE: NAVIDAD Y CADA DÍA DEL AÑO!

sábado, 6 de diciembre de 2008

TAREA 10: ESPACIOS

MORADA DE MIS INQUIETUDES
En un sueño de mi infancia, que se repetía con frecuencia, me veía a mí misma cruzando espacios de la casa de mis padres (la mía en aquel tiempo).
Tendría yo: diez o doce años y supongo que estaría aprendiendo a nadar. Avanzaba dando brazadas por el aire, flotando con lentitud.
A la vez que se iniciaba mi pubertad, mi diabetes acababa de hacer su aparición, con los trastornos y preocupaciones que eso conllevaba. Mis padres debían estar, aunque no lo decían, muy asustados y yo empecé a dormir mal y a tener sueños que me alteraban.
Mi existencia onírica se sumía en una especie de morada extraña. Las paredes no eran lisas, grandes picos surgían en el lugar más inesperado y yo para no trastabillar de un sitio a otro nadaba, en lugar de andar. Así sorteaba mejor los obstáculos de mi vivir de aquel entonces, pleno de inquietudes, cambios e inseguridades.

viernes, 5 de diciembre de 2008

INMORTALIDAD

INMORTALIDAD

La gente buena se muere, todos lo hemos podido observar en nuestra vida cotidiana.
Siempre el más querido es el primero en caer. En mi familia, el adorado por todos, mi padre, murió el primero.
Siempre pasa. Son los buenos los que se van. Por el contrario, todos también, conocemos gentes solitarias que no gozan de afecto ninguno y gozan del codiciado don de la inmortalidad… o lo parece.
Esos seres que son tan desgraciados que uno piensa: ¿los echará alguien de menos el día de mañana?
No sabemos de amores y desamores, ni de valores tampoco. Quizás sea, simplemente, que nuestro Dios, destino, sino…o cómo se llame, vaya mucho más lejos que nuestros miserables pensamientos.