viernes, 26 de diciembre de 2008

TIEMPO DE PAZ

El año pasado la Navidad nos dejó agotados y tristes. Nos dimos cuenta de que la mentalidad que nos llevaba a reunirnos por narices, aunque fuera forzando las cosas, era errónea. Yendo mentalmente más lejos, a años atrás, observé que el mero hecho de : “Volver a casa por Navidad” impuesto, servía para que los nerviecillos estuvieran a flor de piel y a que nadie estuviera verdaderamente cómodo.
Este año tomamos una decisión heróica y sin enfadarnos dijimos que nos quedábamos en Motril y en casa y que él que quisiese y pudiese acudir sería bien recibido. Mi hermana por ejemplo confesó que estaba cansada y quería estar sola. Yo me recriminé la tontería de no haberlo notado y me dije: “Soy tonta, por ahí debíamos haber empezado”
Analizando, atando cabos y repasando comentarios de unos y otros llego a la conclusión de que no sólo mi hermana sino más gente desea eso: Estar solos y que no sean días de felicidad compulsiva y forzosa: Hágase la Paz: Eso es lo que prima. Más de una horrorizada ama de casa, ve impotente lo que se le viene encima. Los demás también: Se ven obligados a hacer viajes largos y costosos que en el fondo son eso: UNA PENOSA OBLIGACIÓN.
Yo tuve un padre que siempre insistía en que no nos dejásemos llevar y en que decidiésemos por nosotros mismos, en cada ocasión. He tenido que llegar a los 65 diciembres para constatar que no es obligatorio armar la marimorena. Este año me he sentido mucho más en amor y concordia con los demás, estando lejos pero muy en contacto por teléfono o Internet (con esas hermosas cámaras que permiten que nos veamos los unos a los otros) que otros años juntos y revueltos. Creo que cuando las reuniones podamos hacerlas en MI casa y con los que, de verdad, deseen venir todo irá mejor. Eso de ser la madre conlleva algo más de paciencia y desde luego buena voluntad. Así es que él que QUIERA DE VERDAD venir el año que viene será bienvenido, siempre SIN FORZAR LAS COSAS.
Este año hubiese sido literalmente imposible, por la distribución geográfica de unos y otros. Hemos estado solos y ante el comentario un par de cansadas amigas me han dicho: “¡Qué envidia!”
Cada año viene distinto y punto y éste ha tocado solos mi marido y yo en un “tête à tête” muy cordial, hasta ahora desconocido en estas fechas. Hemos estado tranquilitos… un poco demasiado pero: ¿Qué se le va a hacer? El balance final ha sido bueno.
Con los amigos también hemos pasado buenos momentos. Hemos descubierto nuevos valores y nos ha gustado.
¡QUE SEAN VDS. FELICES SIEMPRE: NAVIDAD Y CADA DÍA DEL AÑO!

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Me gusta que me sigáis
, así es que gracias por vuestros comentarios amigos.