EN EL “RASTRO”
Un hombrecillo escuálido, paseaba lentamente por el “RASTRO” mirando los mil artículos esparcidos por el suelo, sobre unos mustios tapices. De todo había allí: gafas (más o menos enteras), ropas viejas, zapatos (a veces desparejados) y bibelots varios.
Interrumpió súbitamente su paseo y quedó clavado enfrente de un montón de dentaduras viejas que resultaban de lo más chocante. Ni corto, ni perezoso las fue cogiendo y una a una se las iba llevando a la boca, para probarlas. Encontró la que más o menos le convenía y se echó la mano al bolsillo en el que tras mucho hurgar, consiguió encontrar una moneda con la que pagó.
Los viandantes lo miraban atónitos y alguien dijo ¿Podrá Vd. comer con eso? A lo que él contestó “Si, si consigo algo a lo que hincar el diente”
ANGELA MAGAÑA
sábado, 17 de noviembre de 2007
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