viernes, 27 de junio de 2008

LA FLOR DE LA CANELA

Por la calle caminaba yo: airosa, salerosa. Igualito que la flor aludida. La calle era la de Jerez e iba con mi marido. Tropecé y me la pegué. Rompime la pelvis y hasta el alma. Y mi sonrosada piel pasó a ser de los más variados colores. Tengo cardenales hasta en el velo del paladar. La carita se ha salvado y tal como estaba se ha quedado. Refleja un poco la mala uva, porque a parte de que duele, tengo que hacer reposo un montón de días y eso me duele más todavía.
Todo transcurrió en un segundo, durante el cual y mientras llegaba al suelo, me dio tiempo de pensar que me mataba. A mi lado, mi marido lo pensó igualmente y se asustó de muerte, a su vez. A lo mejor, hasta he tenido suerte. ¡Qué potra! (dirían en los madriles). Hecho de menos nuestro taller. Un abrazo a todos. A vosotros también os echo de menos.
A VER SI A ESTA, TÚ LE DAS CONTESTACIÓN ¡EUFEMIA!

P.D. Maruja al leerlo ha pensado que es broma. ¡No! Es auténtico. Me he caido. Patosa soy, lo siento y el Ayuntamiento de Jerez, un desastre en el mantenimiento de sus aceras.

1 comentario:

  1. Espero que no sea vedad que te caíste, que estés bien, feliz verano. Maruja.

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Me gusta que me sigáis
, así es que gracias por vuestros comentarios amigos.