EJERCICIO PARA EL 17/2/ 2014
Otro punto
de vista: El accidentado.
Sigo
pedaleando, uno, dos, uno, dos... ahora es cuesta
arriba; disfruto del paseo, soy el
último o casi, pero no me importa, voy con mis amigos, relajado; estamos
llegando… ¿Qué pasa? Alguien grita, me
giro a mirar; el alarido es de alguien que nos jalea, tropiezo con mi
compañero, nos caemos, mi pierna se engancha con la rueda de mi bici, alguien más
se cae y ante su empujón mi pierna cruje, mi hueso: ¡roto! siento un horrible
dolor, no puedo soportarlo… ¡Mi pierna! ¡DIOS!
¡Socorro!
Necesito ayuda. Pero ¡NO! OTRO GOLPE ¡Mi cabeza! Y ahora alguien me pasa la
mano por debajo de la cabeza. Me desangro pero duele menos… Noto la sangre que
sale, caliente. Frente a mí una cara asustada, miró sus ojos, intento suplicar
aunque no se bien qué, las palabras no salen de mi boca. Duele pero siento que
me desvanezco… El dolor va a menos, la cara enfrente de mí se difumina. Los
ruidos y voces a mi alrededor se hacen más tibios pero en medio de todo me
parece oír el zumbar de una sirena. Me parece un moscardón; intento sonreír. Es inútil… Me parece que me
han puesto una inyección, creo que me han tumbado en una camilla. Ya no siento
nada más. ¡Descanso!
Ángela
Magaña.
Ten cuidado cuando cojas la bicicleta . Muy bueno . Un beso y feliz fin de semana.
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