Releo "El rayo de luna" de Bécquer, me trae recuerdos de la época lejana en la que tanto me gustaban "Las Rimas" "Las Leyendas" y los mil libros románticos que me apasionaban entonces. He cambiado, ya no me convierto yo misma, al leer, en el "Manrique" enamorado del amor y loco en sus ensueños. Yo, ya se que el amor es mucho más que un rayo de luna. No se me parte el corazón por ello. Lo prefiero así. Duro clamor de lucha él del amor de cada día, amor real que da fruto y no se muere de melancolía a la luz de un rayo de luna, en un cementerio sombrío. Morir puede, de cansancio y desamor, si no se alimenta, pero cuando pervive en lo cotidiano y no pierde su fulgor de rayo de luna o de sol, es todavía más legendario, amoroso y brillante.
ANGELA MAGAÑA.
domingo, 28 de octubre de 2007
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